Francisco: Un carmelita sin vida contemplativa es un cuerpo muerto

  • 6 de septiembre, 2013
  • Ciudad del Vaticano
El santo padre Francisco envió un mensaje a fray Fernando Millán Romeral, prior general de la Orden de la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, en ocasión de la celebración del capítulo general. Francisco ofreció palabras de aliento y esperanza a todos los hermanos de la Orden y les sugirió tres elementos que "pueden guiarlos -dijo- en la realización plena de su vocación: el obsequio a Cristo, la oración y la misión". Hablando de la oración, el Papa destacó que "un carmelita sin vida contemplativa es un cuerpo muerto".
El santo padre Francisco envió un mensaje a fray Fernando Millán Romeral, prior general de la Orden de la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, en ocasión de la celebración del capítulo general. Francisco ofreció palabras de aliento y esperanza a todos los hermanos de la orden y les sugirió tres elementos que "pueden guiarlos -dijo- en la realización plena de su vocación: el obsequio a Cristo, la oración y la misión". El Papa aludió que en un mundo que a menudo malinterpreta a Cristo y, de hecho, lo rechaza, ellos están invitados a participar y a darlo a conocer de una forma más profunda. "Es una continua llamada -dijo- para seguir a Cristo y conformarse con Él. Esto es de vital importancia en nuestro mundo tan desorientado "porque cuando se apaga su llama todas las otras luces terminan perdiendo su fuerza". Hablando de la oración, el Papa destacó que un carmelita sin vida contemplativa es un cuerpo muerto. "Ahora más que nunca -dijo- es el momento de redescubrir el camino interior del amor a través de la oración y ofrecer a la gente de hoy en el testimonio de la contemplación, así como en la predicación y en la misión, que no son atajos inútiles sino la sabiduría que surge de meditar "día y noche en la ley del Señor", Palabra que siempre conduce a la Cruz gloriosa de Cristo. "Y junto con la contemplación, añadió el Papa, la austeridad que no es un aspecto secundario ni de su vida ni de su testimonio". Asimismo el Pontífice mencionó que caer en la mundanidad espiritual es una tentación muy fuerte y los animadó a llevar una vida austera y de penitencia como en la antigua tradición carmelita. "La de ustedes es la misma misión de Jesús, continuó el santo padre. Hoy, la misión a veces plantea problemas difíciles, porque el mensaje evangélico no siempre es bien recibido y es a veces rechazado con violencia. Nunca debemos olvidar que, incluso si se nos arroja a las aguas turbias y desconocidas, el que nos llama a la misión nos da también el coraje y la fuerza para llevarla a cabo". Al finalizar Francisco les recordó que "el testimonio de amor y esperanza de ustedes, enraizado en la profunda amistad con el Dios vivo, puede ser una "brisa suave" que renueve y revitalice su misión eclesial en el mundo actual". +