El Papa impulsa la beatificación de Mama Antula

  • 27 de agosto, 2013
  • Santiago del Estero (AICA)
El papa Francisco promueve en persona la causa de beatificación de María Antonia de Paz y Figueroa -"Mama Antula"-, para la cual ya hizo "gestiones" en la congregación para las Causas de los Santos. Así lo confirmó en una carta enviada a Luisa Sánchez Sorondo, descendiente colateral de esta laica consagrada que vivió promoviendo en Santiago del Estero, Córdoba y Buenos Aires los retiros espirituales. "A él le interesa la causa por ser Mama Antula una laica consagrada, como un ejemplo de vida de mujer al servicio de la Iglesia, porque ella sirvió de una manera diferente", explicó Luisa.
El papa Francisco promueve en persona la causa de beatificación de María Antonia de Paz y Figueroa, para la cual ya hizo "gestiones" en la congregación para las Causas de los Santos. Así lo confirmó el Santo Padre en una carta enviada días atrás a Luisa Sánchez Sorondo y Francisco Bossa, un matrimonio que llegó a Santiago del Estero con el objetivo de difundir la vida de la "Mama Antula", como popularmente se la conoció a fines del siglo XVIII. Luisa es descendiente colateral de la venerable Mama Antula, oriunda de Silípica, Santiago del Estero. Hace algunos años recibieron la misión de trabajar por su beatificación, y el 19 de marzo, día del inicio del ministerio petrino del Santo Padre, lograron estar presentes en la Plaza de San Pedro y que Francisco levantara y besara a su hijo de poco más de un año. Desde entonces se encuentran en Santiago, recabando material que facilite la beatificación de los altares a esta laica consagrada que vivió promoviendo los retiros espirituales. Con humildad, revelaron que su propósito es hacer conocer a la comunidad más sobre la vida, el trabajo y a María Antonia de Paz y Figueroa. Con José, el primer bebé que Francisco besó en la Plaza de San Pedro y Francisca, su primera hija de 4 años, están acompañados por José Torres, un santiagueño que también trabaja por la misma causa. "Vinimos específicamente para lo que él nos pidió: difundir la causa", dijo Luisa en referencia al pedido que el Papa les realizó dos días después de su asunción a la silla de Pedro. "Nos dijo que tenemos que trabajar mucho en la realización de la causa, y por eso vinimos a Santiago del Estero", agregó. "El Papa pidió a la familia que hagamos difusión de la causa porque nosotros somos descendientes colaterales de ella. A él le interesa la causa por ser Mama Antula una laica consagrada, como un ejemplo de vida de mujer al servicio de la Iglesia, porque ella sirvió de una manera diferente", explicó Luisa. En la carta que el pontífice les envió, se lee "También yo deseo la pronta beatificación de María Antonia. Ya hice varias gestiones en la Congregación para las Causas de los Santos". La familia llegó a mediados de mes a la provincia, y el mismo día del arribo se trasladaron hasta Silípica, donde nació Mama Antula en 1730. Se mostraron sorprendidos por algunos elementos que encontraron y rastros de las misiones jesuíticas que guarda el lugar, por lo que señalaron que desean investigar más sobre estos rastros. El jueves 15 de agosto tuvieron la oportunidad de reunirse con el obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti, quien celebró una misa especial para la familia, porque el matrimonio cumplía su séptimo aniversario de casados. Con el objetivo de difundir la obra y el trabajo de María Antonia de Paz y Figueroa, crearon un sitio web: www.mamaantula.org. Allí, Luisa y su esposo subieron toda la información que lograron recolectar de la vida de Mama Antula y dicen que el Papa "la quiere mucho". En el sitio hay muchos de los pensamientos que Francisco tenía de ella, desde que era arzobispo de Buenos Aires. "Caminó de Santiago del Estero a Buenos Aires debido a la expulsión de los jesuitas, advirtió un vacío enorme de valores en la Iglesia y decidió emprender esa cruzada caminando", relató. "En 1930, las damas santiagueñas enviaron 60.000 firmas con el obispo Audino Rodríguez y Olmos, pidiendo su beatificación; ahora queremos enviar un millón", aseguró Luisa, que se muestra muy firme y convencida de trabajar para cumplir con la misión que le fue encomendada. También afirma que el Papa tiene el deseo de que se logre antes del bicentenario de la Independencia, pudiendo convertirse en la primera santa argentina. [img]http://www.aica.org/subidas/497.jpg[/img] Breve reseña En 1760, en Santiago del Estero, María Antonia de Paz y Figueroa reunió a un grupo de chicas jóvenes que vivían en común, rezaban, ejercían la caridad y colaboraban con los padres jesuitas. En aquel entonces se las llamaba "beatas"; ahora se les dice laicas consagradas. Durante veinte años María Antonia estuvo al servicio de los padres jesuitas, asistiéndolos especialmente en las tareas auxiliares de los ejercicios espirituales. En menos de un año organizó en Córdoba ocho tandas de 200 y 300 personas. Y siempre conseguía las limosnas suficientes como para mantener a toda esa gente e incluso en ocasiones había un excedente que sería para ayudar a pobres y presos. Hacia 1788 escribió Ambrosio Funes una carta contando que en ocho años habrían hecho ejercicios espirituales unas 70.000 personas. Por eso proyectaba una casa dedicada especialmente a estas prácticas. Como respuesta obtuvo la donación de tres parcelas de terreno contiguas. Pero faltaba todo lo demás, de manera que inició nuevamente a solicitar ayuda y tuvo como apoderado en esta tarea a Cornelio Saavedra. En Roma, las cartas de María Antonia a sus amigos los jesuitas, después de ser traducidas al latín, francés, inglés y alemán, eran enviadas a distintas naciones, en particular a Rusia, único país que no había acatado el destierro de los jesuitas. Ciertos conventos franceses se habían reformado al leer sus cartas. La importancia asignada a los ejercicios por el obispo de Buenos Aires, monseñor Sebastián Malvar y Pinto, lo llevó a disponer que "ningún seminarista se ordenase sin que primero la beata certificase la conducta con que se hubiesen portado en esos ejercicios". Con lo cual se asignaba a María Antonia un papel significativo en la Iglesia porteña de ese entonces.+