El obispo y el Papa: Mons. Ojea contó detalles de su visita a Roma

  • 23 de agosto, 2013
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, reveló detalles de su visita al papa Francisco, sucedida a mediados de julio. Contó que celebró misa a solas, compartió comidas, charló sobre los afectos dejados en la Argentina e intercambió pareceres sobre la realidad de la Iglesia en la Argentina y en el mundo. El Papa le confesó que gasta "bastante" en llamadas, que extraña los afectos y tiene dificultad con los idiomas. También revivió cómo recibió el Papa un regalo que le envió una presa.
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, reveló en una entrevista con el Equipo Diocesano de Comunicación detalles de su visita al papa Francisco, que tuvo lugar en la ciudad del Vaticano entre el 16 y el 19 julio, y con quien celebró misa a solas, compartió comidas, charló sobre los afectos dejados en la Argentina e intercambió pareceres sobre la realidad de la Iglesia en la Argentina y en el mundo. El prelado porteño, que recibió la ordenación episcopal en 2006 de manos del actual Papa ?a quien acompañó también como obispo auxiliar hasta 2009-, detalló que su estadía en Roma le devolvió momentos "sumamente emotivos", en los que el Señor le dispensó muchas gracias. Contó que en el segundo día de su estadía pudo concelebrar a solas con el Santo Padre, en una misa sencilla y sin predicación, a la que solo asistió un grupo reducido de religiosas. Monseñor Ojea también destacó los desayunos y otros espacios comunes que compartió con el pontífice argentino: "Me preguntó por sacerdotes y amigos comunes, cómo estaban? como quien se encuentra con alguien después de mucho tiempo. Hacía una observación sobre cada uno, y entonces imaginé que debía de extrañar un poquito". También le confesó que el Papa gasta "bastante" en llamadas, pero bromea diciendo que compensa el gasto quedándose a vivir en Santa Marta en vez del palacio apostólico. El encuentro con el Santo Padre ocurrió días antes de viajar al Brasil, en el marco de su primer viaje pontificio y la Jornada Mundial de la Juventud Río de Janeiro 2013. Francisco contó al obispo de San Isidro que tenía un secretario que se esmeraba en enseñarle portugués, pero que no le salía la pronunciación. "Ya pronuncio mal el castellano ?le dijo el Papa-. Entonces, lo que voy a hacer es hablar un poquito en portugués y bastante en castellano. Lo que diga en portugués va a salir bien, pero mediocre". Las hostias elaboradas por una presa Desde el 18 de julio, el papa Francisco celebró misa en la capilla de la Casa Santa Marta con las hostias que le obsequió una reclusa de la Unidad 47 del Servicio Penitenciario Bonaerense, quien desde hace un año elabora las hostias que se utilizan en diversas comunidades de la diócesis de San Isidro. Se trata de "Gaby C.", una joven que debe cumplir condena por siete años más, y a quien el Santo Padre le agradeció por carta el gesto, y le pidió oraciones por su misión. "En el primer desayuno le hablé de Gaby, le entregué la carta y las fotos que había mandado sobre el taller de hostias. Él se quedó muy impactado por el sentido de que esta chica hiciera las hostias con que nosotros celebramos la misa", relató el obispo. También reveló que el Papa tomó el paquete y se lo llevó en privado. Al tercer día de visita, cuando tuvo la audiencia formal, escribió en su despacho una carta en agradecimieto por el gesto. Mons. Ojea salió sorprendido de la experiencia: "Lo que más me impactó de la carta que el Papa le mandó a Gabriela fue que le dijera que se siente seguro de que ella rece por él. Me pareció muy profundo que el Papa se sienta seguro de la oración de una persona que está insegura, que está privada de su libertad. Es una paradoja. pero está seguro de la oración de alguien que está sufriendo". La Iglesia universal y la Iglesia diocesana "Creo que el Papa quiere una iglesia muy unida a Jesucristo, muy viviendo el estilo de vida de Jesús, muy como arriesgándose a imitar a Jesús, a hablar de Jesús y a no tener miedo", definió el titular de Cáritas Argentina. Para monseñor Ojea, cuando el Papa habla de una iglesia que sale, se refiere a dejar la autorreferencialidad, e invita a la conversión pastoral, "a quitarse estructuras que detienen e impiden una llegada más clara hacia el Evangelio". "El Papa quiere una Iglesia muy cercana al pueblo de Dios, una Iglesia que realmente trabaje, que no hable simplemente, sino que haga gestos concretos que impliquen la cercanía con los hermanos, especialmente los más necesitados", evaluó. "Después ?añadió-, Francisco repitió varias veces lo de la «cultura del encuentro». Me parece muy significativo esto de insistir que la Iglesia viva cosas contraculturales. Es cultural lo provisorio, y el Papa insiste mucho en que a eso hay que anteponerle la cultura de lo no provisorio, de la fidelidad, del compromiso, del arrojo, de la entrega, de la oración. Hacer contracultura para el Papa es tomar algunas decisiones que no son bien vistas ni son ayudadas por la cultura en la que vivimos, pero que son profundamente evangélicas". Luego, monseñor Ojea reveló que pudo contarle al Santo Padre más detalles sobre la realidad pastoral que afronta San Isidro. "Hablamos de algunas cosas particulares de la diócesis, en las cuales me sentí muy comprendido, muy respaldado, muy acompañado y eso ya entra en el misterio más allá del conocimiento personal y la amistad con el Santo Padre, entra en el misterio de la relación entre un obispo y el sucesor de Pedro, que siempre es algo sumamente hondo", aventuró.+