Mons. Conejero Gallego lamentó que se ignoren los valores humanos

  • 4 de septiembre, 2019
  • Formosa (AICA)
Editorial en el periódico diocesano Peregrinamos

El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, lamentó que en el contexto actual se hace difícil “vivir y comunicar, con alegría y amor”, las enseñanzas de la Iglesia.

“Contexto de tantas incertidumbres e inestabilidades, sobre todo, en el campo socio-político; particularmente, en la mayoría de los partidos políticos y en quienes se presentan como candidatos a gobernar la comunidad”, precisó.

En su editorial en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado consideró que, en sus declaraciones, los candidatos “demuestran o bien ignorancia, o dureza de mente, al menos por lo que se refiere a los valores humanos y a los bienes del espíritu, como son: la vida, el matrimonio, la identidad personal y la familia”.

“Pareciera primar en ellos sólo la cuestión económica y materialista. Y bien sabemos que cuando se prescinde de Dios y se es indiferente a los bienes espirituales y humanos, no se logra el verdadero progreso, ni la paz, ni el bienestar integral de las personas”, advirtió.

Ante el panorama político que “se avizora y se viene encima”, monseñor Conejero Gallego dijo que se le viene a la mente un dicho popular, no sin cierta carga de humor, tan propio de la gente, ante las situaciones difíciles: “¡Qué Dios nos agarre confesados!”.

“En fin, no perdemos la esperanza, más allá de la generalizada zozobra, definida ésta, como sentimiento de tristeza, angustia e inquietud de quien teme algo, en tantos ciudadanos, gente sencilla y común de nuestro pueblo”, describió, y subrayó: “Sabemos también, que Dios no nos abandona nunca, y que para lo que nosotros es imposible, Él puede hacerlo posible para sus hijos, a los que tanto ama”.

“Dichosos nosotros, cuando por el nombre de Jesús y de su Iglesia, seamos rechazados o proscritos como dogmáticos o anticuados. Nuestro corazón, como dice el salmista, está firme e inconmovible en la verdad y en el amor de Dios. Diálogo, respeto, tolerancia en la convivencia social, sí: pero, verdad, coherencia de vida, firmeza y valentía, también”, concluyó.+