"Cuánto quiere Dios a la Argentina, y cuánto nos quiere pedir"

  • 16 de agosto, 2013
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
El arzobispo emérito de Paraná, cardenal Estanislao Esteban Karlic, visitó días atrás la ciudad de Mar del Plata, y ante un nutrido auditorio, brindó una conferencia sobre el aporte que el Catecismo de la Iglesia Católica hizo a la formación cristiana en estos 20 años. Exhortó a comprometerse como cristianos en la evangelización de la cultura, y luego habló sobre el clima vivido en la elección del papa Francisco para la sede de san Pedro.
El arzobispo emérito de Paraná, cardenal Estanislao Esteban Karlic, visitó días atrás la ciudad de Mar del Plata, y ante un nutrido auditorio, brindó una conferencia sobre el aporte que el Catecismo de la Iglesia Católica, el cual tuvo a su cargo en parte, hizo a la formación cristiana en estos 20 años. Con sencillez para hablar, invitó a los presentes a reflexionar sobre lo fundamental de este documento eclesial y también exhortó a comprometerse como cristianos en la evangelización de la cultura. "Hay que tener el coraje de vivir la vida en Dios, vivir el misterio del amor de Dios... ¿qué estás haciendo para vivir lo que estamos expresando?", preguntó el purpurado a los congregados. "La bendición de la comida, o antes de dormir, no son pequeñas cosas, ¡qué va a ser pequeño hablar de Dios! Todo esto debemos hacerlo con profundidad", recalcó. Al finalizar la presentación, consultado por la Oficina de Prensa del obispado sobre el clima que se vivió en las congregaciones generales previas al cónclave que eligió al papa Francisco, el cardenal destacó la "conciencia de responsabilidad, de libertad y sabiduría" con la que se obró en esos días. "Quedé convencido de que querían elegir al mejor, en nombre de Dios. Un testimonio de la Iglesia, que quiere elegir a quien conduzca el apostolado de salvación del mundo en este momento, en nombre de Dios, y lo hicieron con toda la responsabilidad", observó. También exaltó el testimonio de Benedicto XVI al renunciar, y la serenidad con que todos los purpurados recibieron la elección de Francisco, incluso quienes fueron nombrados como posibles candidatos, que quedaron "tan serenos" y con una "limpieza interior" manifestada en gestos. - ¿Qué significa para usted que otro cardenal argentino haya sido elegido como sucesor de Pedro? -Lo debo entender como entiendo la transustanciación en la misa, antes era pan, y después es Cristo: antes era Jorge y después para santificación de todos nosotros es Francisco. Una presencia de Dios, que cambió la relación ahora viene no solamente con los valores que tenía ahora con los valores y la responsabilidad de ser pontífice de todos, también mío. - Un pontífice que "sale" de Latinoamérica, ¿cree que es una bisagra para el rumbo de la Iglesia? -Este es un momento en que debemos enriquecernos con lo que Dios ha regalado a este pedazo importantísimo de la Iglesia que es Latinoamérica. Creo que el deber de este continente es hacerse presente, y se ha hecho presente con el papa que Dios le ha dado. ¡Pobre papa! Tiene que hacer las cosas para que el mundo descubra y se beneficie más con lo que Dios quiere darle a él a través de su persona y de lo que ha aprendido acá: la fe, su crecimiento, el desarrollo de sus virtudes. Y que el mundo entienda que en todas partes el Señor nos llama a la misma santidad. - Cuánto ama Dios a la Argentina que surge un pontífice de nuestra tierra? -Sin duda, cuánto nos quiere, y cuánto nos quiere pedir porque nos quiere. Ahora cuando hablen de la Argentina, dirán: ahí nació el papa. Qué tenemos que decir de las comunidades cristianas que han dado un santo, y en este caso, un pontífice. Lo mismo hay que decir de la Argentina por la beatificación del cura Brochero, y entonces decir que con razón nos alegramos de la beatificación, pero qué fe habrá vivido esta nación por ejemplo Italia, España, Alemania, Inglaterra que han dado tantos santos en su vida. Entonces empecemos ahora a comprometernos.+