"Hoy ha llegado la salvación a esta casa"

  • 1 de noviembre, 2019
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
Reflexión del obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, del Evangelio de Zaqueo

En su homilía para el 31º domingo durante el año, el 3 de noviembre, el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, ilustró el Evangelio de Zaqueo haciendo alusión a la riqueza desde dos aspectos y preguntó a la comunidad diocesana: “¿Conocés a un rico que comparte sus bienes con los más necesitados? ¿Y a otro rico corrupto de público conocimiento?”.

Cuando Jesús encuentra a Zaqueo, el obispo recuerda que hubo un “intercambio de miradas”: Zaqueo desde arriba de un árbol y Jesús levantando su mirada hacia él. Pero, además, este recaudador de impuestos ya había oído que Jesús “tenía un amor hacia los pecadores”, por eso se interesó: “El amor de Jesús por los pecadores despertó en Zaqueo un gran deseo de conocerlo, incluso le hizo superar creativamente su dificultad de baja estatura subiendo al árbol”.

Jesús al pasar por allí, “comprendió inmediatamente la necesidad de Zaqueo de ser salvado de toda su miseria”. Y es por esto que fue a hospedarse a su casa, relata monseñor Han Lim Moon.

Este gesto, “no sólo significó recibirlo en su corazón y en su vida sino, más aún, Jesús se convirtió en el fundamento y columna de toda su vida”, aseguró el prelado. Su recepción “lo transformó inmediata y maravillosamente: Zaqueo quiso compartir la mitad de sus bienes con los hermanos necesitados y reparar los daños causados devolviendo cuatro veces más”.

La conclusión de Zaqueo ante la visita de Jesús fue: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”, y, en este sentido, monseñor Han Lim Moon agregó: “La buena noticia de hoy es que un rico corrupto de público conocimiento, rechazado y para muchos ‘perdido’, puede entrar en el Reino de Dios si recibe a Jesús en el centro de su corazón y comparte sus riquezas con los hermanos”.

Finalmente, preguntó a la comunidad: “Los que recibimos a Jesús en nuestro corazón en cada misa, ¿nos produce alegría por recibirlo?”. E invitó a revalorizar este gesto del Señor de “hospedarse en nuestra casa” en cada Eucaristía: “Si lo recibes con alegría, tu corazón se transformará para tu felicidad y para el bien de tus hermanos y Él te confirmará: ‘hoy ha llegado la salvación a tu casa’”.+