María cuidándonos: Regla de oro y fuente de esperanza para la humanidad
SANTIAGO, Hugo Norberto - Homilías - Homilía de monseñor Hugo Santiago, obispo de San Nicolás, en la misa central por el día de la Virgen San Nicolás (25 de septiembre de 2020)
Este año tan especial hemos querido celebrar a María del Rosario de San Nicolás bajo el lema: “María, madre del pueblo, esperanza nuestra”. Por eso reflexionamos sobre María Madre como fuente de esperanza y como Ella, que buscaba la voluntad de Dios en los acontecimientos, seguros que nuestro Padre Celestial no puede querer sino nuestro bien y sólo nuestro bien, teniendo en cuenta la situación que nos rodea y nos afecta, nos preguntamos:
¿Cuál es el bien que Dios quiere sacar del mal de la pandemia?
1. La pandemia es un mal y por lo tanto Dios no lo puede querer. Dios está de nuestra parte, inspirando a los científicos, para que, lo más pronto posible, terminen de descubrir y elaborar el remedio, la vacuna que necesitamos.
2. Este mal de la pandemia, además de ser un desafío sanitario, un mal que nos ha llevado a muchos seres queridos que han muerto en soledad, es también un mal económico que va dejando a mucha gente sin trabajo. Los más desvalidos, por la pandemia serán aún más vulnerables, y muchos que no eran pobres, comenzarán a serlo. El mundo pospandemia no será igual que el anterior.
3. El Catecismo de la Iglesia Católica dice que “Dios permite el mal porque es el único que del mal puede hacer un bien mayor. Entonces, la pregunta que nos tenemos que hacer es ¿Cuál es el bien mayor que Dios quiere que nosotros descubramos y realicemos a causa de la pandemia?
4. El Papa Francisco ha dicho que “El cuidado es una regla de oro de la humanidad”. Por lo tanto, cuidarnos, es, con bastante seguridad, uno de los bienes que Dios quiere que descubramos desde el mal de la pandemia.
María y José corroboran que cuidarnos es una regla de oro
5. En efecto, María Santísima, acompañada por San José, su esposo, corroboran que de verdad, “cuidarnos es una regla de oro”. Porque la Virgen como Madre nos cuida, es que viendo a la humanidad sufrir a causa del pecado, dijo “si” para concebir al Salvador del mundo, que vino a dar a los “afligidos el consuelo, a los oprimidos la liberación, a proclamar un año de gracia, un tiempo de alivio para la humanidad.
6. Porque María es Madre y tuvo el cuidado como regla de oro, es que cuidó a Jesús en su nacimiento en el Portal de Belén, lo atendió en sus necesidades básicas, la alimentación, el cuidado de la salud, su educación de acuerdo a la ley de Dios.
7. Porque María y José tuvieron como regla de oro el cuidado, es que huyeron con el Niño Dios a Egipto cuando el Faraón equivocadamente lo quería matar.
8. Porque María y José tuvieron como regla de oro el cuidado, es que cuidaron del amor y la unidad familiar, condición fundamental para que el Niño Jesús desarrolle su dimensión relacional, su apertura, su confianza, como ser humano divino.
9. María cuida de Jesús acompañándolo, no solo en el gozo de la anunciación sino en el dolor y la soledad de la cruz. La Madre fuerte, dolida pero no quebrada, al pie de la cruz, acompaña al Salvador, esperando su resurrección. Luego de la resurrección, María acompaña a la Iglesia Naciente en la oración y en la espera del Espíritu Santo.
10. De este modo la Virgen benefició a toda la humanidad, porque por el bautismo el Espíritu Santo se derramó en millones de corazones, dándoles la capacidad de seguir el camino humanizador de Jesús.
11. Jesús es el Buen Pastor que nos cuida a todos, que quiere que todos se salven, que ninguno se pierda, por eso es como el pastor que abandona las noventa y nueve ovejas para buscar la que se le perdió; la encuentra y contento la devuelve al rebaño.
Imitar a María y a José
12. La pandemia nos ha enseñado que, como María y José cuidaron de Jesús, de la misma manera nos tenemos que cuidar entre nosotros, porque si uno está sano, su entorno permanece sano, pero si está enfermo, todo su ambiente se enferma y después la sociedad colapsa por la enfermedad.
13. Como María y José cuidaron el nacimiento de Jesús en el Pesebre de Belén, nosotros tenemos que cuidar y promover la dignidad de la vida naciente, porque como en Jesús había un proyecto de Dios y gracias a El nos salvamos, del mismo modo, en cada persona que nace hay un proyecto que es un bien para la humanidad.
14. Como María y José huyeron a Egipto llevando a Jesús porque Herodes, erróneamente lo quería matar, tenemos que huir del vacío de Dios, tenemos que evitar que Jesús muera en la familia, en la Escuela, en los ambientes. Los valores de Jesús mantienen unida a la familia, Jesús y sus valores se tienen que enseñar en la Escuela; Jesús y sus valores tiene que alimentar el bien común de toda nuestra Nación Argentina; no lo persigamos, no lo matemos, hagamos que viva.
15. Como Jesús sintió compasión por las personas porque estaban como ovejas sin pastor, sin cuidador, sintamos compasión de los niños sin un hogar, de los enfermos, de los ancianos, de los más vulnerables, y brindémosle cuidado, ternura, cercanía.
16. Como el Padre Creador nos regaló la casa común del planeta y lo puso bajo nuestra responsabilidad, cuidemos el planeta, contemplemos su belleza, no lo veamos como un bien de consumo que saqueamos, provocando el calentamiento, y las catástrofes, causadas por la explotación desmedida.
17. Como Jesús dijo en las bienaventuranzas: “Felices los que tienen hambre y sed de justicia; cuidemos la justicia, porque como dijo el Papa san Juan Pablo II: “Si quieres la paz, trabaja por la justicia”, sin justicia no habrá paz social.
18. Cuidemos la paz social cuidando la justicia; integremos a los que no tienen oportunidades, no mediante dádivas, sino mediante el trabajo, la educación, porque nadie, por la conciencia de su dignidad, quiere que le den en limosna lo que pueden ganar con sus manos
19. Velemos, estemos despiertos y cuidemos nuestra oración, para que Jesucristo nuestro Salvador y la Virgen Santísima estén en nuestra conciencia, de la conciencia pasen a nuestro estilo de vida y desde nuestro estilo de vida animen a la familia, a la escuela, a las organizaciones intermedias y a la sociedad toda, viviendo así seremos artífices de esperanza, de la esperanza cierta de una vida más humana para todos, mientras caminamos a la Patria del Cielo.
María del Rosario de San Nicolás, gracias por cuidar a Jesús, gracias por cuidarnos como la mejor de las madres, ayúdanos a ser como vos. ¡¡VIVA LA VIRGEN!!
Mons. Hugo Sanitago, obispo de San Nicolás