Cuaresma: un camino de Esperanza

BRAIDA, Dante Gustavo - Mensajes - Mensaje de monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja, con motivo de la Cuaresma 2025 e inicio del Año Pastoral (5 de marzo de 2025)

«Caminemos juntos en la esperanza»
Papa Francisco

Queridas comunidades de la Diócesis:

Iniciamos el tiempo de Cuaresma en pleno año Jubilar y buscando implementar las conclusiones del Sínodo sobre la Sinodalidad en la Iglesia.

1. Mensaje del Papa
El papa Francisco en su mensaje para esta cuaresma
[1] nos propone como lema “Caminemos juntos en la Esperanza” y nos da tres reflexiones como ayuda para vivir este tiempo animándonos a una auténtica conversión para la renovación de nuestras vidas y la de nuestras comunidades. Nos dice Francisco:

  • Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida… No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión…: ¿cómo me dejo interpelar por esta condición?… Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre.
  • En segundo lugar, hagamos este viaje juntos. La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.

En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos. Esta es una segunda llamada: la conversión a la sinodalidad.

  • En tercer lugar, recorramos este camino juntos en laesperanza de una promesa. “El ser humano necesita un amor incondicional. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 8,38-39)… Esta es, por tanto, la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?

2. Inicio del Año pastoral
Con la Cuaresma damos inicio del año pastoral en el marco de profundización de la dimensión sinodal de la Iglesia en un ambiente impregnado por el año jubilar. En el mensaje del 1° de enero, fiesta de san Nicolás
[2], les he compartido algunas líneas para vivir este año que ahora brevemente las recuerdo:

Un jubileo para alentar la Esperanza
El año jubilar que tiene como lema “Peregrinos de la Esperanza” nos invita a poner los ojos fijos en Jesús, causa de una esperanza que no defrauda y a vivir un proceso de conversión personal y comunitaria que nos lleve ser mensajeros de esperanza en todo tiempo y lugar.

Para vivir plenamente este año podemos tener presente algunos signos: en las casas dejar armado el pesebre o destacar alguna imagen de Jesús y proponernos leer el Evangelio, y rezar con él…; a su vez es un tiempo propicio para organizar peregrinaciones a los templos designados como jubilares en cada decanato…; en comunidad reflexionar sobre los signos de los tiempos que nos propone el papa Francisco en su Mensaje de convocatoria al Jubileo[3] y ver los propios signos de los tiempos de nuestras parroquias y comunidades para ocuparnos de ellos con espíritu del Evangelio…

Sinodalidad nuevos pasos
Luego de finalizar la segunda sesión del sínodo sobre la Sinodalidad en la Iglesia ya está disponible el Documento final
[4]. Ahora será necesario leerlo, asumirlo en ir buscando juntos caminos de aplicación… Al mismo tiempo se trata de promover una mayor participación de todos los bautizados, cada uno con sus carismas y talentos, para asumir la propia vida como misión. Por eso invito a todos a ser miembros orantes y participativos en la vida de la Iglesia.

Dimensión social de la fe
La realidad social nos presenta antiguos y nuevos desafíos que deben ser abordados desde la fe: el creciente número de personas que caen víctimas del consumo de drogas constatándose que cada vez más baja la edad del consumo; el crecimiento de las apuestas ‘en línea’ que permite hacer de cada celular un casino que atrapa la vida de muchas personas, particularmente adolescentes, y las destruye; el avance del narcotráfico que impregna toda la sociedad y busca horadar las mismas instituciones democráticas; la crisis hídrica. Es necesario que todos contribuyamos en el uso responsable del agua y evitemos todo tipo de derroche… En línea con esto es indispensable que, como ciudadanos participemos activamente del Cuidado de la Casa común… el papa Francisco, nos alienta a esta participación
[5].

Mártires, preparando el cincuentenario
Este año nos dejará a las puertas de la conmemoración de los 50 años del martirio de Mons. Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera. Por tanto será una ocasión para profundizar en el testimonio de sus vidas y en las enseñanzas del Obispo Enrique de modo particular aquellas que nos hablan de los distintos aspectos de la Iglesia sinodal… Ya que las conclusiones del sínodo son consideradas como una nueva recepción del Concilio
[6].

Queridos hermanos y hermanas, el tiempo de cuaresma nos conduce hacia la Pascua, la celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo que da sentido pleno a nuestras vidas y a nuestra fe. Para recibir la gracia y la alegría que el Resucitado en abundancia nos quiere brindar necesitamos vivir este tiempo guiados por el Espíritu Santo hacia una profunda conversión. Iluminados por los textos evangélicos de cada día y por las enseñanzas del papa Francisco en su mensaje vivamos con esperanza el tiempo cuaresmal. Al mismo tiempo, caminemos juntos en la misión que el Señor a cada uno nos encomienda y que el presente sea un fecundo año pastoral.

¡Bendecido y esperanzador tiempo de Cuaresma!

La Rioja, 4 de marzo de 2025.

Mons. Dante G. Braida, obispo de La Rioja


Notas:
[1] Papa Francisco. Mensaje de Cuaresma 2025.
[2] Braida Dante. Fiesta de san Nicolás 1/1/24.
[3] Francisco. Bula de convocatoria al Jubileo Spes non confundit (nn 7-15)
[4]https://diocesislarioja.com.ar/documento-final-del-sinodo-de-la-sinodalidad/
[5] Francisco. Laudato Si n° 177 y n° 179
[6] Documento final del Sínodo n° 5