Encuentro interreligioso

MALFA, Carlos Humberto - Mensajes - Mensaje de monseñor Carlos H. Malfa, obispo de Chascomús, en el encuentro de Oración Interreligiosa por la Paz en el tercer aniversario del asesinato de Fernando Báez Sosa (Dolores, 18 de enero de 2023)

“Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás”

(San Juan 11,25-26).

Estas palabras de Jesús cuando resucita a su amigo Lázaro, iluminan nuestra vida y nuestra muerte. Nos dicen que Fernando vive en Dios, que la vida joven que le fue arrancada ahora es vida plena, feliz, eterna. Para él ya no hay muerte, ni llanto, ni dolor, sino el amor eterno de Dios, la alegría que nunca se termina, la paz que no se puede quebrar. Pedimos que esa paz que Fernando está conociendo colme el corazón y la vida de Graciela y Silvino para que al dolor único que viven nunca les falte el consuelo, la fortaleza y la esperanza del reencuentro.

Nuestra oración abraza y quiere visibilizar a todas las víctimas inocentes de la violencia irracional contra la vida que en distintos lugares del país son ignoradas u olvidadas y cuyas familias tienen derecho a la verdad que demuestren los hechos.

Queremos reafirmar nuestro compromiso con la dignidad inviolable de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural y, el inequívoco rechazo a toda violencia.

El espíritu de esta oración nos llama a la reflexión, la tragedia que hoy golpea nuestros corazones no debe solo conmovernos, debe abrir la puerta a la toma de conciencia de una realidad que no podemos naturalizar sobre lo que nos viene pasando como sociedad cuando observamos y padecemos un crecimiento de la violencia en los vínculos sociales y que hoy tocamos en el mundo juvenil.

Pensamos en las adicciones como un factor desencadenante de la violencia pero hoy debemos pensar en nuestra responsabilidad como sociedad, como familias, como ciudadanos, en nuestras instituciones y en todas las dirigencias.

Los males comunitarios tienen una causa y es ahí donde debemos llevar nuestra mirada. ¿Qué estamos haciendo y que deberíamos revisar en nuestros espacios educativos? ¿Qué sucede en nuestras familias, primeras responsables de un amor que haga crecer en espíritu fraterno?

¿Qué aporte que no estamos haciendo podríamos hacer desde los espacios confesionales reunidos hoy aquí? ¿Qué no están observando los clubes e instituciones civiles que frecuentan nuestros jóvenes? ¿Qué políticas públicas en materia de Educación, Salud y Desarrollo Social están faltando o deberíamos modificar? ¿Qué rol tendrían que estar cumpliendo los medios de comunicación social? ¿Qué efectos están produciendo las redes sociales?

Podríamos seguir con muchos otros aspectos de nuestra vida en sociedad, tengamos el coraje de revisar nuestra vida en común en un diálogo de respeto y confianza y honremos la memoria de Fernando reflejando en el día a día su espíritu solidario con la esperanza de una mejor sociedad.

Unamos nuestros corazones en la oración de los hijos y de los hermanos que Jesús nos enseñó:

Padre Nuestro.

Mons. Carlos H. Malfa, obispo de Chascomús