Fiesta de San Roque
ARAYA, Hugo Ricardo - Mensajes - Homilía de monseñor Hugo Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje en fiesta de San Roque (Villa de Soto, 18 de agosto de 2019)
Esta manifestación de fe es una manera hermosa de cómo el pueblo se evangeliza a sí mismo. Quizás sin darnos cuenta espontáneamente estamos realizando esta tarde en Soto un gesto misionero de una importancia enorme. Un gesto misionero porque esta manifestación hace posible que la fe que hemos recibido la transmitamos a otros. Compartiendo la fe se transmite y celebrando la fe se la hace más renovada en el corazón, en la vida de las personas.
Escucho decir que Villa de Soto, que esta ciudad tiene una larga historia y que es un lugar donde Dios ha regalado una naturaleza hermosa, por eso es que Soto es historia y naturaleza. Creo que esta tarde ustedes estarán de acuerdo conmigo en afirmar que Villa de Soto es historia, naturaleza y fe cristiana porque celebramos que Dios se haya hecho cercano a nosotros a través de los santos y de un modo especial nos haya llegado la confianza a través de la intercesión de San Roque, un santo que nos ha enseñado cómo se sigue a Cristo, cómo se encara su mensaje, San Roque nos ha llevado por el camino de la confianza en Dios y en el camino del amor a los pobres. Hemos escuchado recién, en el evangelio que ha sido proclamado, que Cristo cuando venga en gloria va ir como Buen Pastor haciendo dos majadas. Una majada de ovejas sentada a su derecha, la majada de los buenos. Y una majada de cabritos. Y la diferencia entre ovejas y cabritos, en la comparación del evangelio, viene dada según nos hayamos comportado con el hermano más necesitado. Y dice el evangelio que el Buen Pastor dirá a algunos: “entren nomás porque tuve hambre y me dieron alimento, estuve sediento y me dieron de tomar, estaba preso y me consolaron, andaba peregrino y me ofrecieron abrigo, estaba enfermo y sin amigos y ustedes me visitaron” ¿cuándo lo vimos Señor soportando tantos males y nosotros lo asistimos? Y él dirá: “lo que han hecho con mis hermanos a mi mismo me lo hicieron” son recibidos en el reino de Dios los que tienen amor misericordioso con el prójimo. Las obras de misericordia. Liberadas de intereses personales o intereses mezquinos de grupo. Las obras de misericordia, el bien que se les hace a los pobres pero hecho como Dios manda, servicio al pobre porque está necesitado, hecho por el valor que tiene el pobre a los ojos de Dios será lo que nos posibilite ahora y después entrar al reino de Dios.
Y esta invitación es a todos porque el reino de Dios acontece, llega también a los límites visibles de la iglesia. La iglesia ha de ser una servidora humilde del Reino de Dios y al Reino se llega siempre que se ama al prójimo. Y eso decide nuestro destino final. Jesús está en todos los pobres de la tierra. Está oculto en todos los rostros doloridos y esa presencia se pondrá de manifiesto en el momento final de la historia, lo que le hayamos dado a Cristo en la tierra en la persona de los pobres, él nos lo devolverá en el cielo.
¡Felicitaciones Villa de Soto! Por tu historia, por tu naturaleza y por San Roque, felicitaciones por la fiesta popular que se renueva en cada agosto. Que la intercesión de San Roque haga de este valle fértil un lugar de progreso para que podamos compartir el pan y para que podamos llevar el pan a la mesa como fruto de nuestro trabajo digno. Esa es la dignidad que se le debe a todo pueblo. Que la intercesión de San Roque nos haga tener gusto espiritual de ser pueblo cuando se tiene capacidad de andar juntos por el camino de la vida, buscando el bien común y privilegiando a los más pobres. ¡Eso es ser pueblo! Eso necesita nuestra Argentina, eso será hacer de Argentina un pueblo. Caminar juntos con la posibilidad de participar todos, con la libertad de poder elegir consciente y responsablemente los caminos de presente y los del futuro.
Aquí hay una hermosa frase en el frente del templo que dice: “la piedad de un vecino me hizo” bueno ojalá que esta fiesta, que este encuentro con la familia, con los amigos, con los vecinos, que la piedad de los vecinos siga haciendo una hermosa ciudad, rica en su historia, hermosa en su naturaleza, profunda en su fe en Cristo, confiada siempre en la intercesión de San Roque.
Mons. Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje