El arzobispo de San Juan recordó que la Navidad es un tiempo para soñar en "las fragilidades tratadas con ternura" y transformar las vidas, las mesas y los entornos "en pesebres que sepan abrigar".
"Son tiempos difíciles, que nos aquejan como pueblo. Los aspectos económicos, materiales, muchas veces suelen condicionarnos, y entonces la mirada se vuelve sobre Cristo", recordó el arzobispo.
"La cercanía, el diálogo, la reconciliación y la cultura del encuentro nos ayudan a superar los enfrentamientos, la indiferencia y toda forma de violencia", afirman los tres prelados de la provincia.
El arzobispo de Rosario animó a meterse en el pesebre para encontrar la paz en Jesús y la fortaleza para afrontar las dificultades. Llamó a no dejarse robar la esperanza en estos tiempos difíciles.