Monseñor García Cuerva llamó a "mirar las orillas de la vida"
- 5 de mayo, 2022
- Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
Continuando con el tiempo pascual, el prelado invitó a ver cómo Jesús resucitado quiere salir a nuestro encuentro permanente.
El obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva, invitó a meditar sobre el tercer domingo del tiempo pascual y recordó la narrativa evangélica en la que los apóstoles sentían la necesidad de verlo a Jesús vivo y de empezar a comprender de qué se trataba este misterio de la Pascua y también la posibilidad de sanar un montón de heridas que todavía tenían en lo que había significado el tiempo de la Pasión; haberlo abandonado, haberlo negado, haber huido”.
Reflexionó acerca de esos encuentros de Jesús resucitado con ellos, encuentros sanadores para los apóstoles y seguramente hermosos encuentros para Jesús también”. Y recordó las acciones de Pedro, quien dijo ‘me voy a pescar’ y quien más cosas cargaba dentro, porque “por un lado había dicho que no iba a negar a Jesús y lo hizo; por otro lado fue el primero que se enteró de que Jesús había resucitado y fue a la tumba, la encontró vacía pero encontró algunos signos que le llamaron la atención: el sudario, por otro lado las vendas, pero a él no lo vio. Me imagino entonces que dentro de Pedro había un volcán de emociones. No la certeza pero si el pálpito de que Jesús estaba vivo pero todavía con heridas abiertas de lo que había significado la traición”.
En ese sentido, monseñor García Cuerva tomó algunos elementos de la lectura compartida y buscó asociar cómo esta se refleja “en nuestra propia vida”. “Hemos celebrado la Pascua, sabemos que Jesús está vivo pero en el corazón siguen pasando un montón de cosas. En el corazón cargamos preocupaciones, rencores, egoísmos”, subrayó, destacando que “necesitamos del encuentro con Jesús” para cambiar y ser mejores.
Asimismo, el obispo de Río Gallegos dijo que por eso “es lindo este otra vez Jesús resucitado que se les apareció a sus discípulos, porque también en nuestra vida Jesús quiere salir a nuestro encuentro. No le importan nuestras fallas”.
Recordó que como a Pedro, a quien le salió mal la pesca, “quizá a nosotros nos sale mal lo que hacemos todos los días, y entonces qué lindos esos momentos prestar atención que Jesús está en la orilla. Y cuando decimos que Jesús está en la orilla pienso yo en las orillas existenciales, en las orillas de nuestra sociedad”, sostuvo, al tiempo que agregó que “Jesús en la orilla es pensar en esos abuelos que están en esos geriátricos medio truchos; es pensar también en los pibes que andan recorriendo las calles atravesados por la droga y el alcohol; es pensar en esa gente que quizá nos cuesta querer; es pensar en los presos y en quienes la están pasando mal”.
“Cuando andemos así como Pedro, con los sentimientos mezclados, convulsionados por dentro o cuando las cosas no nos salgan bien, miremos a las orillas de la vida, a las orillas de la sociedad porque allí está el Señor resucitado y él nos está esperando. Él viene con rostros y personas concretas”.
Recordando una vez más el domingo del compartir, y citando nuevamente cómo los discípulos compartieron un poco cada uno en esa mesa con Jesús, monseñor García Cuerva recordó que en “nuestra Iglesia es igual”. “Cuántas obras de caridad que la Iglesia sostiene a lo largo y ancho del país, pero para poder sostenerlas necesitamos del compartir de todos”, afirmó.
Finalmente, pidió a Dios a que “aprendamos a ser generosos y comprometernos en el sostenimiento de las obras de la iglesia”.+