García Cuerva, a la comunidad de Entretiempo: 'Sean testigos de alegría y esperanza'
- 23 de marzo, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires presidió la misa de envío de los equipos que realizarán, a lo largo del año, más de un centenar de retiros para hombres y mujeres que transitan la mitad de su vida.
“Les pido que a lo largo de este año, en todas sus misiones pastorales, sean testigos de alegría y esperanza. No va a ser fácil, las dificultades cotidianas sabemos que son muchas. Pero no se guarden esa alegría y esperanza. Por favor, transformemos el mundo": este fue el pedido que el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, dirigió el jueves 21 de marzo a los miembros de la comunidad de Entretiempo, que colmaron la catedral metropolitana durante la misa de envío, presidida por el arzobispo.
La comunidad de Entretiempo es una obra llevada adelante por laicos, con el asesoramiento doctrinal de sacerdotes, que ofrece retiros espirituales para hombres y mujeres en la mitad de sus vidas, y también para matrimonios y para personas mayores de 60 años, focalizados “en las respuestas a las situaciones que plantea la vida, y generando un espacio de reflexión y encuentro con uno mismo, con el prójimo y con Dios”.
Casi una decena de sacerdotes, que acompañarán los retiros que se realizarán durante el 2024, concelebraron con el arzobispo la Eucaristía en la catedral metropolitana, colmada de "entretiempistas" que representaron todas las zonas del país.
Monseñor García Cuerva centró su homilía en el texto de la primera lectura, en la que se narró el encuentro de Abraham con Dios a sus 99 años. “¡Qué sorpresa! Recién a los 99 años Abraham se encuentra cara a cara con Dios", comenzó destacando el arzobispo, y recordó que no sólo se trató “de una hermosa sorpresa” sino que, al mismo tiempo, Dios hizo con Abraham una alianza y le formuló “la promesa” de que sería “padre de una multitud de naciones”.
El Dios de las sorpresas
Monseñor García Cuerva destacó que, de alguna manera, “Dios se presenta delante de Abraham como el Dios de las sorpresas”, ya que recién a sus noventa y nueve años Dios lo sorprende haciéndose presente en su vida”, y comparó esa sorpresa de Dios para con Abraham al final de su vida con la experiencia de encuentro con Dios “en la mitad de la vida”, que se experimenta en los retiros de Entretiempo.
“Entonces -dijo-, pensamos también en nosotros, a los que de alguna manera también Dios nos sorprendió, en un momento en el que quizá uno ya creía que tenía la vida más o menos hecha. En la edad en la que uno más o menos está establecido, en la que ya echamos raíces y se cree que ya no hay muchas cosas nuevas por vivir, o por lo menos por descubrir. Pero, seguramente, en la experiencia personal durante el Entretiempo, habrán descubierto que a Dios le gusta sorprendernos. Que a Dios le gusta generar sorpresas”, señaló.
De ahí que el arzobispo subrayó que “lo lindo es pensar siempre que lo mejor en nuestra vida está por venir. Por eso, al igual que Abraham, cada uno vivió esa experiencia del Dios de las sorpresas, del Dios que nos sorprende, que nos propone caminar, junto con Él, todo nuevo”.
El prelado volvió al texto del Génesis y explicó que, en ese “juego de palabras”, cuando Dios le dice al patriarca ‘ya no serás Abram, ahora te llamarás Abraham’, se trata de mucho más que de “un cambio de nombre”, ya que tiene que ver “con un cambio de misión”. Del mismo modo, dijo, “la experiencia de cada uno habrá sido que, después del retiro, pasó a ser una nueva persona; te seguirás llamando igual, dijo, pero indudablemente ya no sos el mismo, porque te sorprendió Dios”.
El Dios de las promesas
El arzobispo porteño explicó después que “no es sólo el Dios de las sorpresas, sino también el Dios de las promesas”, y subrayó lo importante de “creer en las promesas de Dios”. “Dios no es un político que está diciendo cualquier cosa para que lo votemos. Dios es un padre, Dios es una madre. Dios es alguien que, cuando promete, cumple”, subrayó.
“El Dios que le prometió a Abraham también nos promete a nosotros”, expresó. “El Dios que sorprendió a Abraham, también nos sorprende a nosotros”; y, cuando uno es sorprendido, uno se pone contento. Las lindas sorpresas siempre traen alegría”, e indicó que “Dios nos quiere hombres y mujeres alegres. Dios nos quiere hombres y mujeres que puedan plenificarse en su vida a pesar de las dificultades. Entusiasmados y apasionados por contagiar el Evangelio”.
Testigos de la alegría y la esperanza
El arzobispo de Buenos Aires recalcó a la comunidad de Entretiempo que, “como Dios te sorprendió en la mitad de la vida, no podés perder la alegría. No podés ser un cristiano apesadumbrado, un cristiano 'mala onda'. Porque Dios me sorprendió, no podés, a pesar de las dificultades, dejar de lado la alegría”, y animó a todos los presentes: “Por favor, no seas injusto con la vida. Ya sabemos que la cosa está difícil, pero es fácil transformarme en un profeta de la mala onda. Es fácil, también, ser como un testigo de malas noticias. Pero no renuncies a la alegría”, reiteró.
Monseñor García Cuerva explicó que se trata de una alegría “que nosotros sostenemos en el Dios de las sorpresas, en ese Dios que nos cambió la vida para siempre. Y si Dios me sorprende, y al mismo tiempo me promete, y creo que va a cumplir, al mismo tiempo tengo que ser cristiano de esperanza”.
“Porque, si Dios me va a cumplir las promesas -dijo-, ¿cómo no voy a esperar que mañana puede ser mejor? ¿Cómo no me voy a levantar cada día creyendo que hoy Dios puede actuar en mi vida? Hoy puede ser un gran día. Porque Dios promete y cumple”.
Y, por último, hizo un llamamiento: “Nuestro país, nuestra sociedad, nuestros hermanos necesitan demasiada alegría y demasiada esperanza. No me vengas a decir que no tenés alegría y esperanza. Seguro que tenés alegría, porque Dios te sorprendió en la mitad de la vida o un poquito más y te regaló la mejor noticia: que te ama. ¿Cómo no vas a tener esperanza -alentó el arzobispo-, si mañana puede ser mejor y lo mejor está por venir?”.
“No se guarden esa alegría y esperanza. Seamos testigos de Jesús, y contales a los que más sufren que hay un Dios que te sorprende con buenas noticias, hay un Dios que nos promete y cumple; contagiá esa alegría, contagiá esa esperanza y entonces serán muchísimos más los que a través tuyo conocerán el amor de Cristo”, concluyó el arzobispo su homilía.
Antes de la bendición final, monseñor García Cuerva reiteró la invitación a “disfrutar de las sorpresas de Dios” y ser “testigos de la alegría y la esperanza”, no con “un optimismo berreta”, sino sustentado “en Jesús, en un Dios que nos acompaña y perdona a todos”, y les pidió a los miembros de los diferentes equipos que, a los largo de los Entretiempos de este año, se sepan “enviados a ser testigos misioneros de Jesucristo con alegría y esperanza en la realidad concreta. Soñadores con los pies en la tierra. Que el Señor los bendiga a todos”, concluyó.
Anualmente, la comunidad de Entretiempo -hombres, mujeres y matrimonios- realizan alrededor de 100 retiros en las más más de 25 zonas y subzonas del país y del continente: entre otros lugares, en la ciudad de Buenos Aires y en Nueve de Julio; en Córdoba y San Luis; en la Patagonia y el Noroeste; y también en Chile, México y Miami.
Para más información acerca de los retiros de Entretiempo, se puede visitar la web o los perfiles de las redes sociales.+