Eran dos hermanos,
patricios romanos que se hicieron cristianos y se dedicaron a las
obras de caridad, sobre todo a visitar a los cristianos que estaban
en prisión por confesar la fe. En el año 297, durante el reinado
de los emperadores Diocleciano y Maximiano, fueron detenidos y al
negarse a efectuar sacrificios rituales a los dioses, fueron
condenados a morir decapitados.
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