Educado en un
monasterio, únicos centros de enseñanza en la Edad Media, San
Enrique II de Alemania contrajo matrimonio con Santa Cunegunda.
Cuando murió Otón III, Enrique, que era rey de Baviera, fue
elegido emperador del Sacro Romano Imperio, y coronado por el Papa
Benedicto VIII. Ante este Pontífice juró "guardar fidelidad
en todo a él y a sus sucesores", y se dedicó a defender a la
Iglesia que en esos tiempos borrascosos se hallaba inerme y a merced
de sus enemigos. Enrique fue un adalid de la justicia y de la
caridad. Murió el año 1024 y fue sepultado en la catedral de
Bamberg, que él mismo había construido. |