"Nadie es inútil, nadie es indigno, cada existencia es un regalo de Dios que debe ser recibido con amor y respeto", afirmó el pontífice en una audiencia en el Vaticano.
Al encontrarse en Roma con los niños de una Clínica de Oncología y Hematología Pediátrica de Polonia, el Papa Francisco los animó a rezar por aquellos que no pueden recibir atención médica.