Jueves 21 de noviembre de 2024

El Papa pidió a políticos "responsabilidades concretas" para salvar la Amazonía

  • 9 de agosto, 2019
  • Ciudad del Vaticano
El papa Francisco pidió a los dirigentes políticos que asuman "responsabilidades concretas" y eliminen su "propia connivencia y corrupción" para salvar la Amazonía, al referirse al próximo Sínodo especial para la región panamazónica de octubre próximo en una entrevista con La Stampa y Vatican Insider. También expresó preocupación por el "soberanismo", al advertir que puede conducir "a guerras", y consideró que el populismo no refleja "la cultura popular".
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El papa Francisco pidió a los dirigentes políticos que asuman "responsabilidades concretas" y eliminen su "propia connivencia y corrupción" para salvar la Amazonía, al referirse al próximo Sínodo especial para la región panamazónica de octubre próximo en una entrevista con los diarios italianos La Stampa y Vatican Insider.

El pontífice expresó también su preocupación por el "soberanismo", al advertir que puede conducir "a guerras", y consideró que el populismo no refleja "la cultura popular". Y afirmó que Europa debe ser salvada porque es un patrimonio que "no puede y no debe ser disuelto".

En diálogo con Domenico Agasso, de La Stampa y coordinador de Vatican Insider, Francisco explicó que la elección de la Amazonia, que implica a nueve Estados, corresponde a un lugar "representativo y decisivo" que, en relación con los océanos, "contribuye de manera decisiva a la supervivencia del planeta".

"Este territorio está amenazado por los intereses económicos y políticos de los sectores dominantes de la sociedad", advirtió.

En este sentido, el Papa estimó que los responsables políticos deberían "eliminar su propia connivencia y corrupción" y "asumir responsabilidades concretas", como en el caso de las "minas a cielo abierto" que envenenan el agua y causan muchas enfermedades.

"Es de la Amazonía de donde proviene gran parte del oxígeno que respiramos", recordó, y alertó: "Deforestar, por lo tanto, significa matar a la humanidad".

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-¿Cuáles son los principales desafíos?
-El más importante: el diálogo. Entre las partes, entre los hombres. El mecanismo mental debe ser "primero Europa y luego cada uno de nosotros". El "cada uno de nosotros" no es secundario, es importante, pero cuenta más Europa. En la Unión Europea se debe hablar, discutir, conocer. A veces, por el contrario, se ven solamente monólogos de compromiso. No: es necesaria también la escucha.

-¿Qué se necesita para el diálogo?
-Hay que partir desde la propia identidad.

-Y, ¿cuánto pesan las identidades? Si se exagera con la defensa de las identidades, ¿no se corre el riesgo de caer en el aislamiento? ¿Cómo se da una respuesta a las identidades que generan extremismos?
-Le pongo el ejemplo del diálogo ecuménico: yo no puedo hacer ecumenismo sino partiendo de mi ser católico, y el otro que hace ecumenismo conmigo debe hacerlo como protestante, como ortodoxo? La propia identidad no es negociable, se integra. El problema de las exageraciones es que se cierra la propia identidad, no nos abrimos. La identidad es una riqueza ?cultural, nacional, histórica, artística?, y cada país tiene la suya, pero debe ser integrada mediante el diálogo. Esto es decisivo: desde la propia identidad, abrirse al diálogo para recibir de las identidades de los demás algo más grande. No hay que olvidar nunca que el todo es superior a las partes. La globalización, la unidad, no debe ser concebida como una esfera, sino como un poliedro: cada pueblo conserva la propia identidad en la unidad con los demás.

Soberanismo conduce a las guerras
El Papa explica que el soberanismo "conduce a las guerras", y que el populismo es una forma de imponer una actitud, una visión del mundo, que nada tiene que ver con una cultura popular, que realmente pondría a la gente en primer lugar.

La acogida, el acompañamiento, la promoción y la integración siguen siendo los criterios a seguir en el caso de los inmigrantes. Nunca se debe descuidar el derecho a la vida de nadie, y debemos recordar las condiciones de guerra y hambre que llevaron a la mayoría de estas personas a huir.



Amazonia es un "Sínodo de Emergencia"
En octubre tendrá lugar en el Vaticano el Sínodo sobre la Amazonia, un Sínodo "hijo de Laudato si?", que era una encíclica social basada en el cuidado de la Creación, y no una "encíclica verde", quiere precisar Francisco. Pero también será un "Sínodo de la Emergencia".

Francisco dice que está sorprendido por el hecho de que el 29 de julio el hombre ya haya consumido todos los recursos renovables para el año en curso. Con el derretimiento del hielo en Islandia y Groenlandia, los incendios en Siberia, el aumento de los residuos plásticos en el mar y el riesgo de que suba el nivel del mar, el planeta está experimentando "una emergencia global".

Sin embargo, el Sínodo "no es un encuentro de científicos o políticos", ni un Parlamento, sino "una obra de comunión guiada por el Espíritu Santo". La voluntad de definir "diferentes maneras de evangelizar" será central, pero la ordenación de los "viri probati" no será un tema central, afirma Francisco.

La Amazonia es decisiva para el futuro del planeta
La elección de la Amazonia, que implica a nueve Estados corresponde a un lugar "representativo y decisivo" que, en relación con los océanos, "contribuye de manera decisiva a la supervivencia del planeta". Este territorio está amenazado por "los intereses económicos y políticos de los sectores dominantes de la sociedad". Por lo tanto, los responsables políticos deberían "eliminar su propia connivencia y corrupción" y "asumir responsabilidades concretas", como en el caso de las "minas a cielo abierto" que envenenan el agua y causan muchas enfermedades.

Y es de la Amazonía de donde "proviene gran parte del oxígeno que respiramos". Deforestar, por lo tanto, significa "matar a la humanidad", recuerda Francisco, quien explica que la pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevas enfermedades letales muestran "una deriva y devastación de la naturaleza que podría llevar a la muerte de la humanidad". Sin embargo, el Papa ve los numerosos movimientos de jóvenes ecologistas, como el de Greta Thunberg, como un signo de cambio de percepción y de comportamiento prometedor para el futuro.+