Jueves 21 de noviembre de 2024

"Es triste encontrar la puerta cerrada cuando se llega a un Santuario", dijo el Papa

  • 29 de noviembre, 2018
  • Ciudad del Vaticano
"Es triste cuando sucede que, a su llegada, no hay nadie que les dé una palabra de bienvenida como peregrinos que realizaron un viaje, a menudo largo, para llegar al Santuario. Y más triste aún cuando encuentran la puerta cerrada", comentó el papa Francisco hoy al recibir a los participantes en el Primer Congreso Internacional de Rectores y Colaboradores de Santuarios. El pontífice destacó que el santuario "es un lugar privilegiado para experimentar la misericordia que no conoce límites".
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El papa Francisco recibió hoy a los participantes en el Primer Encuentro Internacional de Rectores y Colaboradores de Santuarios, que se realizó del 27 al 29 de noviembre, en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, con el lema: "El santuario, puerta abierta para la nueva evangelización".

"Como dijo un obispo italiano, la piedad popular es el sistema inmunológico de la Iglesia, ¡nos salva de tantas cosas!", exclamó el papa Francisco. "¡Cuánto necesitamos los santuarios en el diario caminar de la Iglesia!", comenzó diciendo el pontífice a los rectores de santuarios.

En su discurso el Santo Padre señaló que los santuarios "son el lugar donde nuestra gente se reúne más voluntariamente para expresar su fe en la sencillez y según las tradiciones que aprendieron desde la infancia". "En muchos sentidos, nuestros santuarios son insustituibles porque mantienen viva la piedad popular, la enriquecen con una formación catequética que sostiene y refuerza la fe y nutre al mismo tiempo el testimonio de la caridad", explicó el Papa.

"Esto es muy importante", agregó: "Mantenga viva la piedad popular y no olvide esa joya que es el número 48 de Evangelii nuntiandi, donde el papa san Pablo VI cambió el nombre: de ´religiosidad popular´ por ´piedad popular´".



"El santuario es un lugar de encuentro, no solo del peregrino con Dios, sino también de nosotros como pastores con nuestro pueblo", dijo más adelante: "El sacerdote va al santuario para encontrarse con su pueblo, para entender al pueblo de Dios, sin prejuicios, con ese sentido de fe, con esa ´infalibilidad en creer´. Este encuentro es fundamental. Si el pastor en el santuario no puede reunirse con el pueblo de Dios, mejor que el obispo le dé otra misión, porque no es adecuado para eso, sufrirá mucho y hará sufrir a la gente", señaló Francisco.

"Es triste cuando sucede que, a su llegada, no hay nadie que les dé una palabra de bienvenida como peregrinos que realizaron un viaje, a menudo largo, para llegar al Santuario. Y más triste aún cuando encuentran la puerta cerrada", comentó el papa Francisco en otra parte de su discurso.

El Santo Padre subrayó la importancia de la recepción reservada para los peregrinos. "No puede ser que se preste más atención a las necesidades materiales y financieras, olvidando que la realidad más importante son los peregrinos", advirtió. "Ellos son los que cuentan". "Hacia cada uno de ellos debemos tener rl cuidado de asegurarnos de que nos sentimos como en casa, como una familia largamente esperada que finalmente llegó".

"Considerando que muchas personas visitan el santuario porque pertenece a la tradición local o a veces porque sus obras de arte son una atracción o para disfrutar de un entorno natural de gran belleza y encanto. Estas personas, cuando son bienvenidas, se abren más a abrir sus corazones y dejar que sean moldeadas por la gracia. Un clima de amistad es una semilla fértil que nuestros santuarios pueden arrojar al suelo de los peregrinos, permitiéndoles redescubrir esa confianza en la Iglesia que a veces puede haber sido decepcionada por una indiferencia recibida".

Asimismo consideró el Papa que los santuarios son lugares de oración. "La mayor parte de nuestros santuarios están dedicados a la piedad mariana. Aquí la Virgen María abre los brazos de su amor maternal para escuchar la oración de cada uno y escucharla. Los sentimientos que todo peregrino siente en lo más profundo de su corazón son los que también encuentra en la Madre de Dios. Aquí Ella sonríe dando consuelo. Aquí Ella derrama lágrimas con los que lloran. Aquí nos presenta a cada uno de nosotros al Hijo de Dios en sus brazos como el bien más precioso que toda madre posee. Aquí María se convierte en la compañera de camino de toda persona que eleva sus ojos a Ella pidiendo una gracia, segura de ser escuchada. La Virgen responde a todos con la intensidad de su mirada, que los artistas han sabido pintar a menudo guiados a su vez desde arriba en la contemplación", dijo Francisco.

Al respecto el pontífice subrayó dos exigencias. "En primer lugar, fomentar la oración de la Iglesia que, mediante la celebración de los sacramentos, hace presente y eficaz la salvación".

Otra consideración que realizó el Papa sobre estos lugares sagrados, fue que los santuarios están llamados a alimentar la oración del peregrino en el silencio de su corazón. "Con las palabras del corazón, con el silencio, con sus fórmulas aprendidas de memoria de niño, con sus gestos de piedad todos deben poder ser ayudados a expresar su oración personal", precisó el Santo Padre.

Finalmente, Francisco recordó que, nadie en nuestros Santuarios debe sentirse como un extraño, especialmente cuando viene a ellos con el peso de su pecado, por ello, el Santuario es un lugar privilegiado para experimentar la misericordia que no conoce límites. Al respecto el pontífice agregó que "el sacramento de la Reconciliación, que tantas veces se celebra en los santuarios, necesita sacerdotes bien formados, santos, misericordiosos, capaces de hacer gustar el verdadero encuentro con el Señor que perdona".

Finalmente ?concluyó el pontífice? las obras de misericordia piden ser vividas de manera especial en nuestros Santuarios, porque en ellos la generosidad y la caridad se realizan de manera natural y espontánea como actos de obediencia y amor a Jesús y a la Virgen María". +